martes, 10 de mayo de 2011

Día 5 - El principio del Fin

Ruta inicial prevista:



En este día ya iniciábamos nuestro camino de vuelta hacia Génova, que era donde íbamos a coger el ferry.





Al cambiar la ruta el día anterior, ya iniciábamos el camino desde más cerca aún, así que decidimos ir con mucha más parsimonia (que dado el grado de stress alcanzado en las carreteras, la verdad es que se agradecía mucho). También llegamos a la conclusión de que no íbamos a ir a Bérgamo, porque al día siguiente había que estar a las 13:00 en Génova, y entre estas dos ciudades hay unas 4 horas de carretera, así que, a poco que nos perdiéramos, o nos retrasáramos, no llegaríamos a tiempo. Así que decidimos hacer noche en un punto intermedio, en Piacenza.




















Pues así se inició el día. Si ya íbamos a ir más tranquilos de lo habitual, había que añadir que el desayuno lo servían a las 8. Así que, entre pitos y flautas, salimos en ruta a las 9:00.


Como consejo a futuros viajeros, esto no lo podéis hacer. Si algo teníamos claro al volver del viaje, era que, para el viaje del año que viene a Cabo Norte o Capadocia, había que estar en ruta antes de las 8 de la mañana, y desayunar ya a medio camino, porque se nos echaba la noche encima, y el cansancio acumulado hacía muy duro llegar al fin de etapa.

En este viaje ya sabíamos todo esto, y nos lo tomamos con mucha tranquilidad, ya que la ruta era variable, y con llegar el lunes a las 13:00 a Génova nos valía. Todo lo que viéramos bien visto estaba. Pero para un viaje de más días, o con rutas más largas, es imprescindible ponerse en camino cuanto más temprano, mejor.



Una vez hecho el inciso, continúo con la crónica:


Antes de salir salir, nos dimos una vueltecita por el pueblo, para ver cómo era de día, y la verdad es que había bastante más vida de la que creíamos.


















Salimos en ruta sobre las 09:00 en dirección Passo Rolle. Nos acercamos. Bien, está abierto. Proseguimos marcha...
 

Llegamos a la cima. Paramos. Hacemos fotos...

Otra cima más. Un poco más baja que el resto, pero igual de divertido llegar a ella.







Preparadas para la acción.


















La verdad es que nos sorprendió gratamente, ya no la cima del passo en sí (era una estación de ski normal y corriente, a casi 2000 metros de altitud), sino todo lo que siguió a continuación. Si teneis opción de mirar el mapa en el google maps (os ahorro la búsqueda), os podréis hacer una ligera idea de lo divertida que es la carretera durante unos 45 kilómetros. El firme perfecto, carreteras anchas, y casi sin coches. Alguna moto nos cruzamos, pero, de verdad, qué bien nos lo pasamos.


















Una vez pasado todo esto volvíamos a la "realidad" de las carreteras "tranquilas" italianas.



Camino de Riva Del Garda.


Nos dirigimos hacia Trento, y una vez allí fuimos hacia Riva del Garda.

Que viene mama paaaaaata. ¡Pachín! Que vienen los patiiiiitos. ¡Pachín!



















Como ya era la hora de comer decidimos parar por allí a hacernos unas pizzas, y ya continuar tranquilamente. Craso error.  Aquello era como la Playa de San Juan en Agosto (Dependiendo de dónde seas, puedes cambiar el nombre de la playa por el lugar más transitado y agobiante  de tu ciudad, y el mes en el que más gente hay). No podía haber más gente. Si a esto le sumas que hacía un día propio del verano mediterráneo, pues no hay más que decir.
Cegados por el sol.

Ahora bien, muy bonito el Lago di Garda. Es el lago más grande de Italia, y uno de los más turísticos.
En la entrada de Riva del Garda

 

El entorno también es muy bonito, ya que está situado en uno de los muchos valles que hay, ya que hay muchas montañas a su alrededor, así que la estampa es de postal.

Qué zona más bonita...


Bien comidos y bebidos, reemprendimos la ruta hacia Brescia bordeando todo el lago. O esa era nuestra intención inicial, porque el GPS no tenía esos planes para nosotros.  A poco de salir, dijo que no le daba la gana ir por el lago, que tanta humedad le dolían los huesos, o algo, y fue imposible hacerle entrar en razón.
"¿Funciona el GPS o qué?"


Así que no le hicimos ningún caso, y bordeamos lo que pudimos del lago.

Tampoco pudimos disfrutar mucho de las vistas, ni del lago, ya que comenzaron a emerger de la nada cientos de túneles que hacían muy complicado disfrutar del azul del agua.

Además, había competición de barquitos de Vela. Y a los italianos les gustan mucho los barquitos de vela. Lo que se traduce en decenas cientos miles de coches aparcados en mitad de la carretera en lugares en los que en la vida se te ocurrirían. Dentro de túneles (que piensas, "¿Cómo leches un tío ha llegado a mitad del mismo, ha parado, y ha hecho marcha atrás para dejar el coche allí?". Pues lo hacen.), en TODOS los huecos que había en los laterales de la carretera, incluso en doble fila...Bueno, no voy a seguir, que luego diréis que tengo manía a los italianos. (¿Manía? ¡Lo que les tengo es envidia! Maldita conciencia que no me deja aparcar la moto ni el coche donde me da la gana....).
El famoso castillo de..de...no sé, lo vimos poniendo gasofa.




















Bueno, pues una vez "disfrutado" del lago, tocaba alejarse del agua para dirigirse hacia Piacenza, vía Brescia.
Carreteras menos transitadas, más rectas y menos curvas, pero igualmente entretenidas, las que nos llevaron hasta allí.

Un servidor hablando por el móvil






















Llegamos sobre las 19:00, y como la verdad, no estábamos excesivamente cansados, decidimos continuar un poco nuestra ruta hasta Tortona, ya que así al día siguiente iríamos menos agobiados a coger el ferry.

Prueba de que llegamos a Piacenza, la famosa.....estatua de la entrada.

A eso de las 20:30 llegamos a Tortona, ahora sí que un poquito cansados, dispuestos a encontrar un hotel para relajarnos.


Aquí el GPS nos terminó de rematar. Miramos los PDIs en él, y absolutamente TODOS los hoteles que había en el pueblo estaban cerrados, o no existían. Sólo quedaba en pie un hostal de carretera con más pinta de picadero que de hospedería.
Vamonoooos, que se nos hace de noche, y salen los vampiros...

Yendo hacia él, tuvimos la suerte de ver una señal que apuntaba hacia un hotel de 3 estrellas llamado Aurora, y allá que fuimos. Todo mejor que el burdelillo que nos había elegido el GPS.


La verdad es que no nos arrepentimos. 60 euros la noche, con desayuno y parking privado incluidos.
Aceptamos. Aparcamos. Cogimos las cosas. Subimos a la habitación.


Como eran cerca de las 22:00, preguntamos que a qué hora cerraban el restaurante,y nos dijeron que en media hora, así que decidimos subir, cambiarnos un poco de ropa, y bajar a cenar al restaurante del hotel. Ya nos ducharíamos después de cenar.





La cara del metre cuando nos vio cruzar el umbral del restaurante era un poema. Resulta que el hotel debe ser muy famoso en la zona por su "nouvelle cuisine". Todo el mundo que se encontraba cenando en ese momento allí iba vestido de boda, y con mucha clase, por cierto.

A mí me dio la sensación de que incluso la música se paró cuando entramos por la puerta, ambos pordioseros, con la cara medio negra (nos la habíamos lavado, ¿eh? Pero hay roña que no sale), vestidos medio de romanos, medio de mendigos, y con más hambre que el perro de Carpanta.



El metre, muy simpático, nos colocó detrás de la columna más grande que había en el restaurante, pero vamos, que no le culpo. Nos sentamos, nos dan las cartas y...voilà...todo en italiano. Pero claro, no era el típico lugar en el que puedes pedir spaghetti, o tortellini. Todo era en plan "Cebolla caramelizada con huerto de tomates cherry gambeando por un manto de lechuga rehogado bajo un cielo estrellado de trompetas celestiales aderezadas con scargotts marinos envueltos en una fina capa de esparto de entretiempo".          


Pero en italiano.



-"Quiero esto"
- "Y yo esto"

Y allí estábamos, bebiéndonos toda el agua del grifo (por cierto, muy buena el agua por aquella zona, te deja el cutis terso y aterciopelado) que nos traía el pobre camarero en "jarras" del tamaño de un vaso.


La primera vez que se acerca a la mesa nos dice:

- "¿spaghetti tortellini ducati valentinorossi (cambiar todo esto por cosas coherentes en italiano hablado muy rapido) ANCORA PIU D' ACQUA? (o algo así)

Inmediatamente después responde Felipe   -"Sí"

-"¿Has entendido todo lo que ha dicho?"

-"Que si nos trae otra ánfora de agua".

-"Si es que somos políndromos, o polingotas, o como se diga."


Total, que al final nos trajeron a mí Tortellinis con carne (5, no me fuera a indigestar), y a Felipe Raviolis de espinacas.

Acabamos de cenar, pagamos (que por cierto nos salió más barato que en la pizzería de Lecco), y nos subimos a dormir.





Ruta final realizada:


Tiempo total sobre la moto: 10:45 horas
Kilómetros realizados este día: 450 km.


Kilómetros Totales: 2.860 km.


PD:Uno en la habitación 240, el otro en la 250...

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